24 horas en Sant Jaume d'Enveja

La aventura de descubrir el Delta comienza en Sant Jaume d’Enveja donde seguro habréis encontrado el alojamiento adecuado y un buen restaurante para cenar la noche de la llegada. Conviene madrugar para vivir una gran experiencia. Con las primeras luces del día hay que tomar la carretera hacia la Gola de Migjorn donde os espera una magnífica salida de sol desde la playa. Luces mágicas que pintan el mar y el sol y ofrecen un espectáculo único. Un silencio roto sólo por vuelo y los graznidos de las aves.

Una vez en Migjorn y cuando el sol ya empieza estar alto es el momento de dar un paseo por la playa. Hay que subir al Mirador de Migjorn para observar un entorno natural magnífico y luego se puede ir hasta la Finca del Violí donde encontraréis diversas lagunas, una zona de humedales, caminos para recorrer la zona, un mirador, un observatorio ornitológico e itinerarios diseñados para disfrutar de las aves y del paisaje.

Seguro que tenéis hambre. Momento de desayunar, para muchos uno de los mejores momentos del día. Una buena opción es volver hacia Sant Jaume y hacer un buen desayuno en cualquiera de los establecimientos de restauración del municipio. Morcillas de arroz, anguilas en salsa, una buena tortilla de gambas … un poco de cocina deltaica.

El Delta del Ebro es un territorio ideal para recorrer en bicicleta y después del desayuno conviene hacer un poco de ejercicio. Podemos seguir la Ruta 10 que propone el Parque Natural y empezar a pedalear hacia Els Muntells paseando entre los campos de arroz e ir hacia la playa y la laguna de la Platjola. Por el camino podremos contemplar numerosas aves.

Desde la Platjola se puede llegar por la orilla del mar hasta el Serrallo y disfrutar de estas inmensas y desiertas playas del Delta. Hora de empezar a pensar en la comida, una opción, ya que estáis cerca de Els Muntells es quedarse allí y probar un buen arroz. La otra posibilidad es seguir hasta Sant Jaume y elegir uno de los numerosos restaurantes del pueblo donde encontraréis los platos más representativos de la gastronomía del delta.

La tarde es para pasear. Toda la orilla del río se puede recorrer por un sendero señalizado que ofrece unas vistas preciosas del Ebro y del puente Lo Pasador. Río arriba se llega al pueblo de Balada; río abajo se pasa por el Arrozal Interactivo (no os perdáis la experiencia de pisar barro entre las espigas de arroz), por el bosque de ribera y por el Mas Illa de Riu, un edificio espléndido de principios de siglo XX hoy convertido en alojamiento rural.

Una día a Sant Jaume debe incluir la visita al Centro de Interpretación de las Barracas y a la barraca museizada que hay allí mismo. Las barracas son las construcciones típicas del Delta, hechas con los materiales naturales que los agricultores tenían a mano, paja, barro y “borró”. La visita al Centro es la mejor manera de conocer cómo se vivía en estas tierras hace más de cien años y saber un poco más de la historia de Sant Jaume.

Empieza a anochecer y hay que ir buscando un lugar para cenar. Antes podéis dar un paseo por la calle Mayor, con la iglesia flanqueada por dos esbeltas palmeras y por el “Xalet” un bonito edificio de estilo colonial. Podéis comprar productos típicos del Delta, “pastissets”, bizcochos, morcillas, arroz … en las tiendas del pueblo y caminando llegar hasta Lo Pasador para contemplar como el sol se oculta detrás de las montañas. Y, ahora sí, una buena cena.