Adéntrate en el Parque Natural del Delta del Ebro

Tierra de pájaros, humedales, arrozales y lagunas

El Delta del Ebro es la zona húmeda más grande de Cataluña y una de las más importantes de la región Mediterránea. Con una superficie total de 7.736 hectáreas comprende las comarcas del Baix Ebre y el Montsià. Bajo su área de protección se encuentran las balsas de las Olles, el Canal Vell, el Garxal, la Alfacada, la Platjola, la Tancada y la Encanyissada; así como las islas de Buda, Gràcia, Sapinya y Sant Antoni; las penínsulas de la Punta de la Banya y del Fangar, los páramos de Casablanca y los Ullals de Baltasar.

Protegida como Parque Natural y Reserva de la Biosfera, esta tierra dominada por el agua -río, lagunas, arrozales, canales, acequias se debe recorrer sin rumbo fijo, perdiéndonos por las estrechas y laberínticas carreteras que se entrecruzan y llevan a todas partes. El punto de orientación son las montañas del Montsià que protegen el flanco oeste del Delta, el río, y el mar.

Pájaros y barracas

Seis paradas imprescindibles del Parque

El acceso a la Isla de Buda es restringido ya que es una importante área de nidificación a proteger especialmente. Cerca está el observatorio de Migjorn que permite tener una buena visión. Se puede rodear en barco o kayak.

La punta de la Banya es uno de los brazos del Delta que mira hacia la bahía de los Alfacs. Es uno de los mejores lugares para ver flamencos. La entrada es restringida. Aquí están las salinas de Trinitat, en pleno funcionamiento.

La laguna de la Alfacada, la Finca del Violín y el mirador de Migjorn son otros lugares donde hay que ir para contemplar las numerosas colonias de aves que habitan en el Delta.

La balsa de Les Olles, consta de cinco miradores, un carril para bicicletas de cuatro kilómetros de recorrido y un área de servicio.

En la punta del Fangar no hay acceso motorizado. Se trata del brazo norte del delta que tiene una superficie de 517 hectáreas. Encontramos un mirador y el faro rodeado de espejismos. Es una importante área de nidificación.

En la balsa del Garxal encontramos un carril bici de tres kilómetros y cinco miradores, entre los que destaca el Zigurat, una gran construcción de madera en la que viven un montón de pájaros.